Suerte

El editor le recomendó, que mientras sus libros estuvieran en catálogo, se mudara a una casa grande, a ser posible en las afueras; que contara con unas cuantas habitaciones y un amplio jardín. No entendió la necesidad, puesto que desde hace años vive solo, pero le gustó la idea, es más, siempre había querido vivir en una casa con jardín.

Llegó con tres de sus manuscritos bajo el brazo. Un conocido, ya colaborador de la editorial, le había recomendado. Andaban escasos de buenos originales y los suyos eran magníficos.

El primero, casi ni recuerda cuando lo escribió. Llevaba tiempo en el fondo de un cajón y, sinceramente, nunca pensó publicarlo. Es una especie de autobiografía simulada de juventud. Por un punto de modestia y otros muchos de cobardía, situó al personaje en la otra parte del país y le cambió el sexo.

En el segundo se desmenuzan conflictos generacionales. El protagonista, cabecilla de una adolescente tribu urbana, es el retrato perfecto del hijo de sus amigos.

El tercero de los que trajo es el último que ha escrito, el más difícil. En ocasiones le produjo tal ansiedad que apunto estuvo de no terminarlo. Se trata de un cruel asesino, sus víctimas siempre fueron hombres maduros que aparecían descuartizados en cualquier contenedor. Nunca había escrito nada de terror y se dejó llevar. Los personajes iban forjando la historia, pero siempre los muertos, jamás conoció al asesino y la angustia le llevo al extremo de terminar su novela de manera repentina dejando el caso sin resolver.

En un golpe de buena fortuna, le dieron el visto bueno a los tres. Publicarían todos en los próximos meses. Cuando salió de la editorial visitó un par de inmobiliarias y aquí está ahora, disfrutando del jardín de una preciosa casa de dos alturas.

Hace unos días que comparte su tiempo con una mujer joven. Llegó, enviada por la editorial, con las primeras galeradas y, al parecer con intenciones de quedarse. El no pregunta. Desde el primer momento se movía por la casa como si la conociera. Se acomodó en una de las habitaciones y le ayudó con los macizos de geranios de la entrada. Han hecho buenas migas, a los dos les gusta conversar y pasan largas horas bajo el laurel con una taza de café. Su edad y procedencia son completamente distintas, pero, por lo que tienen en común, se diría que han vivido la misma vida.

Ayer a última hora, su tranquilidad se vio interrumpida. Las pruebas del segundo libro llegaron con cuatro chavales que se han instalado en la planta de arriba. Solo les vieron un momento. El volumen del heavy metal es tan alto que no han dormido en toda la noche. Y ahí siguen. Ha salido con el teléfono al jardín, buscando un rincón donde los decibelios sean menos metálicos, y el auricular le ha caído al suelo al reconocer la voz del editor, anunciándole que por la tarde le llegaran las últimas galeradas pero no sabe con quien se las manda.

Trebol

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7 pensamientos en “Suerte

  1. Eva (www.elboomeran.es) dice:

    Me ha gustado mucho, muy interesante, me recuerda a «Casa tomada» de Cortazar pero en versión actualiza. Te felicito se le puede sacar mucho partido.
    Eva.

  2. concha dice:

    MUY ORIGINAL el planteamiento, parece un rápido boceto de algo con más cuerpo, el lector puee quedarse demasiado incómodo.
    No entiendo bien la frase que habla de víctimas y/o asesino que va/n tejiendo la historia
    Un abrazo y a seguir siempre que te sirva a tí

  3. manuelssaint dice:

    A mí me recuerda a ‘El móvil’ de Cercas. Siniestramente bello, pero al final qué, se vuelve majara?
    Un saludo

  4. Trini dice:

    Muchas gracias chicos. Bienvenido manuelssaint.
    Al final…
    Mejor, lee de nuevo la recomendación del editor, sabía lo que decía. En el primer párrafo, ahí encontraras la clave.

  5. Maldini dice:

    Salu2, Trini.

    Creo que el otro día leí tu relato en algún sitio. Lo cierto es que no recuerdo haber pasado por aquí. O tal vez sea que me parece tan bien escrito como esos cuentos que uno lee una vez, no sabe dónde y no olvida nunca más. De los que uno se guarda una copia para su antología personal del cuento.

    Gracias por ayudarme en la mía. La próxima vez ya sabré dónde lo leí, aunque me siga preguntando porqué tardé tanto en descubrirlo.

  6. Trini dice:

    Muchas gracias a ti, Maldini.
    La mejor suerte para un texto es que algún lector lo haga propio.

  7. […] que tengo miedo. Faltan dos […]

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