Archivos Mensuales: febrero 2009

La Serranía

La Serranía se despereza con mañanas de escarcha, y sobre su tierra bruñida, estaqueada de olivos, algarrobos y almendros conviven costumbre y oficio, con  la reja que voltea barbechos. Sabinares y pinos perfuman su cara lavada con agua de lluvia y un reguero de montes, resiste cada día, y la viste de gala.

Las calles, adoquinadas de gallardía, ordenan un pueblo humilde que, a la fuerza y sin rubor, aprende a zurcir. Conquistas y derrotas se amontonan en los ribazos, y de sus entrañas de arcilla nace la dignidad que tapona las heridas.

La Serranía está viva porque su gente no afloja. Una ofensa continua amenaza su temple y viviendo en alerta se crece en coraje. El serrano madura con calma curtido en recelos; conoce su suerte y recarga sus fuerzas con la solana para encarar al futuro de cada presente.

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